La verdad es que he tenido muuuuucha
suerte. He tenido un embarazo maravilloso, con sus pequeñas cosillas pasajeras,
pero no he tenido náuseas, ni mareos, ni me he encontrado mal, y he dormido
como una marmota hasta prácticamente el final.
Estar embarazada ha sido una de
las épocas más bonitas que he tenido en mi vida, todo un mundo de sensaciones increíbles,
empezando por el momento en que te enteras, aunque pareciera Movidic :).
El día que lo supimos: tenía una falta, y mi marido y yo compramos un
test de embarazo de esos de las dos rayitas en la farmacia y muy temprano lo hicimos.
Aún recuerdo esa sensación durante la eterna espera, aguantando la respiración,
los dos abrazados, muertos de miedo y llenos de ilusión. La segunda rayita rosa
no salía, estaba ahí muy difuminada, pero no se marcaba, pensábamos que no
había embarazo e intentamos no agobiarnos, mi marido me animaba “No pasa nada!,
ya llegará”, pero volví a leer el prospecto y ponía que aunque solo saliera
difuminada había embarazo, teníamos una esperanza!! Miramos el palito en el
balcón, en el baño, en el salón, con todo tipo de luces para ver si había
rayita o no!! Jejeje y si que había, pero no nos queríamos hacer falsas ilusiones.
Así que Oscar bajó a la farmacia
a comprar otro test de embarazo, pero esta vez de los que te escribe si estas embarazada y de cuánto.
Yo creo que no he bebido tanta agua en tan poco tiempo en mi vida para poder volver a
hacer el test, y lo hicimos. Otra vez la misma angustia… y de repente en el
palito… “Embarazada”. Rompimos a llorar como niños!! No podíamos hablar ni
dejar de abrazarnos, íbamos a ser papas!!!!!!!!!
Empezaba una nueva etapa en
nuestras vidas, una etapa maravillosa. Yo no tenía prácticamente síntomas hasta
que se empezó a notar la tripa, tenía
muchas ganas de que se notara. La familia se enteró enseguida y se alegraron
tanto como nosotros. A los amigos lo dijimos un poquito más tarde.
Supimos muy pronto que iba a ser
una niña, porque nos hicimos un test prenatal no invasivo que es como una
amniocentesis pero con una analítica de sangre y te evitas realizar esa prueba a
la que yo tenía pánico. Decidir el nombre no nos costó mucho, los dos teníamos
un nombre que nos gustaba mucho NOA.
Nos pasábamos las semanas
deseando que llegara la siguiente ecografía para oír su corazoncito y ver como
se movía dentro de mí. En la primera pudimos oir su corazón fuerte y rápido, ese momento es impresionante. Y otro momentazo fue la primera vez que le vimos la carita en la ecografía 3d, fue super emocionante.
Enseguida empezamos a preparar la
habitación de la princesa. Su papá se pegó una paliza impresionante vaciándola
(porque ahí teníamos el despacho) y pintándola, pero lo hizo con todas las
ganas del mundo y mucha ilusión.
Le quedó fenomenal y con los muebles quedó preciosa. Lo más difícil el vinilo, casi desistimos, pero al final quedó muy bien. Espero que cuando crezca le guste.
La tripa iba creciendo y el embarazo se iba haciendo más pesado, y casi al final empecé a pasarlo mal en el trabajo todo el día sentada, se me dormían las piernas y empezaba a tener problemas de circulación (y una hemorroide traicionera…), así que me dieron la baja en Marzo y fue lo mejor que hice, porque salía con mi madre a caminar mucho y eso hizo que se me pasara todo, volví a encontrarme genial. Así que pude preparar todo muy bien para la llegada de la pequeña.
El día pronosticado se acercaba y
yo no sentía nada de nada, en las correas no tenía ni una contracción ni media
y el cuello de mi útero lo tenía muy largo, vamos, que iba para largo. El día
que salía de cuentas (14 de Abril de 2014) fuimos al ginecólogo y nos dijo que
podría estar tres semanas más y no sabe si me pondría de parto sola, y que la nena
estaba para salir, así que lo mejor era inducir el parto. Que ingresaba esa
misma noche y en unas horas, si todo iba bien, tendríamos a nuestra pequeña en
brazos, que alrededor de las 8 de la mañana del día siguiente lo provocarían. Cuando
llega ese momento no te lo puedes creer. Yo siempre me había imaginado
poniéndome de parto en plena noche, despertando a Óscar de un salto y corriendo
para el hospital, pero no fue así, preparamos todo tranquilamente e ingresamos
por la noche (menos mal que fuimos pronto porque había overbooking, me imagino
que por la luna llena).
La verdad es que pudimos descansar, nos dormimos y todo,
y sobre las 6 de la mañana entró la matrona a ponerme monitores, etc, que por
cierto, me hizo chichinas el brazo para ponerme la vía, y encima me la puso mal
y tuvieron que ponérmela otra vez porque se me hinchó todo el brazo. Llamamos a
mis padres y mis suegros por si acaso era rápido. Lo bueno fue que como había
overbooking me pusieron todo en la habitación y pudimos estar toda la familia
jejeje.
Empezaba a tener contracciones, o eso me decía la matrona, pero yo no
notaba nada de dolor, notaba que la tripa se contraía, pero dolor cero, hasta
llegué a asustarme porque la matrona me decía estas ya son fuertes… y yo no
notaba nada, ella me decía que mucho mejor, pero yo ya empezaba a temerme lo
peor. Y efectivamente, después de 6 horas solo había dilatado 1 cm y algo y al
tacto de la matrona la cabeza de Noa se iba para arriba, no estaba empujando.
Teníamos que ir a cesárea. Eso sí que me dolió en el alma, porque yo quería
compartir ese momento con mi marido, con el padre de mi hija, y quería que él
lo viviera igual que yo, pero no pudo ser. Lo pasé fatal, pero menos mal que él
me lo hizo más fácil tranquilizándome y diciéndome que no pasaba nada, aunque él
estaba peor que yo por perdérselo.
El momento que más miedo pasé fue
cuando me pusieron la Epidural, es un momento horrible. A partir de ahí todo
pasó muy rápido. Entré en el paritorio empapada en lágrimas y las enfermeras,
la matrona, el anestesista y Mateo (mi ginecólogo) se portaron fenomenal, me
tranquilizaron y me hicieron reír. Yo estaba un poco grogui y no me enteré de
nada, en un abrir y cerrar de ojos, a las 12:20 del mediodía escuché el sonido
más bello del mundo, el llanto de nuestra HIJA. Dios!! Ya está aquí!! Quiero verla!! Y entonces Mateo me dijo: “Mira
que hija más guapa tienes...“ y me la enseñó colgada boca abajo como un conejo!.
Yo no me esperaba verla boca abajo, así que miré hacia arriba y en ese momento
solo le vi los pies, moraditos. Encima yo no paraba de llorar y veía borroso.
Se la dio a la matrona y ella me la acercó a la cara para que la besara y la
besé por primera vez. No olvidaré nunca ese momento ni ese sabor. Se la llevó
para prepararla y pude verla por el lado derecho estirando el cuello como el
inspector Gadget. Qué bonita era!!! Y que buena, estaba ahí envuelta en el
arrullo, bajo la lámpara de calor, tranquilita, parecía un ángel. Mientras, me
estaban cosiendo, pero yo ni me enteraba, para mí solo existía ella. Le
pregunté a la enfermera si ya había avisado al papi y a los yayos y me dijo que
sí, me quedé más tranquila porque pensaba que Óscar estaría asustado esperando.
Cuando la matrona y el neonatólogo
terminaron de hacerle pruebas y limpiarla y todo eso me dijeron que todo estaba
bien, que medía 50 cm y pesaba 3,450 kg y me la pusieron sobre el pecho un
ratito hasta que terminaron de prepararme a mí. Por fin me sacaron de la sala y
lo que recuerdo es la cara de Oscar, con los ojos como platos mirando a la
pequeña que yo llevaba en brazos, estaba como yo, sin poder creérselo aún. No
recuerdo mucho más porque aún estaba un poco grogui y mis cinco sentidos
estaban puestos en mi niña; solamente que toda la familia estaba muy feliz.
Noa ya salió del paritorio
abriendo la boca la tragona, así que enseguida me la puse al pecho. La tía se
enganchó super bien, pero yo no tenía ni gota de leche, tenía que esperar a
la subida y al ser inducido y cesárea tardaría varios días.
El papi lo hizo genial, cuidó de
las dos muy bien y cambió pañales como un campeón, como si lo hubiera hecho
toda la vida.
Todo fue sobre ruedas, la verdad es que Noa nos lo ha puesto todo muy fácil en todos los sentidos, no es llorona, es dormilona y tragona, igual tomaba teta que biberón.
Yo me recuperé muy bien de la
cesárea, eso sí, al día siguiente del parto me levanté y me puse a andar aunque
me parecía que me partía por la mitad del dolor, pero es lo mejor, ponerse a
andar enseguida, aunque poco a poco porque es una cirugía mayor.
Podría estar escribiendo millones
de cosas, pero no quiero hacerlo largo, solo comentar ya para terminar que
volvería a pasar por esto una y mil veces, y que "No puedo ser más feliz".
Amo a mi familia.
Madre mia que cumulo de emociones y sensaciones, me ha encantado el post, y como siempre casi lloro. Besitos, me encanta que hayas vuelto. MLuz.
ResponderEliminarGracias carinyet!!
EliminarA ver si me animo y sigo escribiendo cositas.
Muas