jueves, 15 de enero de 2015

La experiencia más maravillosa del Mundo

La verdad es que he tenido muuuuucha suerte. He tenido un embarazo maravilloso, con sus pequeñas cosillas pasajeras, pero no he tenido náuseas, ni mareos, ni me he encontrado mal, y he dormido como una marmota hasta prácticamente el final.

Estar embarazada ha sido una de las épocas más bonitas que he tenido en mi vida, todo un mundo de sensaciones increíbles, empezando por el momento en que te enteras, aunque pareciera Movidic :).

El día que lo supimos: tenía una falta, y mi marido y yo compramos un test de embarazo de esos de las dos rayitas en la farmacia y muy temprano lo hicimos. Aún recuerdo esa sensación durante la eterna espera, aguantando la respiración, los dos abrazados, muertos de miedo y llenos de ilusión. La segunda rayita rosa no salía, estaba ahí muy difuminada, pero no se marcaba, pensábamos que no había embarazo e intentamos no agobiarnos, mi marido me animaba “No pasa nada!, ya llegará”, pero volví a leer el prospecto y ponía que aunque solo saliera difuminada había embarazo, teníamos una esperanza!! Miramos el palito en el balcón, en el baño, en el salón, con todo tipo de luces para ver si había rayita o no!! Jejeje y si que había, pero no nos queríamos hacer falsas ilusiones.

Así que Oscar bajó a la farmacia a comprar otro test de embarazo, pero esta vez de los que te escribe si estas embarazada y de cuánto. Yo creo que no he bebido tanta agua en tan poco tiempo en mi vida para poder volver a hacer el test, y lo hicimos. Otra vez la misma angustia… y de repente en el palito… “Embarazada”. Rompimos a llorar como niños!! No podíamos hablar ni dejar de abrazarnos, íbamos a ser papas!!!!!!!!!  

Empezaba una nueva etapa en nuestras vidas, una etapa maravillosa. Yo no tenía prácticamente síntomas hasta que se empezó a notar la tripa, tenía muchas ganas de que se notara. La familia se enteró enseguida y se alegraron tanto como nosotros. A los amigos lo dijimos un poquito más tarde.

Supimos muy pronto que iba a ser una niña, porque nos hicimos un test prenatal no invasivo que es como una amniocentesis pero con una analítica de sangre y te evitas realizar esa prueba a la que yo tenía pánico. Decidir el nombre no nos costó mucho, los dos teníamos un nombre que nos gustaba mucho NOA.

Nos pasábamos las semanas deseando que llegara la siguiente ecografía para oír su corazoncito y ver como se movía dentro de mí. En la primera pudimos oir su corazón fuerte y rápido, ese  momento es impresionante. Y otro momentazo fue la primera vez que le vimos la carita en la ecografía 3d, fue super emocionante.

 

Enseguida empezamos a preparar la habitación de la princesa. Su papá se pegó una paliza impresionante vaciándola (porque ahí teníamos el despacho) y pintándola, pero lo hizo con todas las ganas del mundo y mucha ilusión.


Le quedó fenomenal y con los muebles quedó preciosa. Lo más difícil el vinilo, casi desistimos, pero al final quedó muy bien. Espero que cuando crezca le guste.
  
   

La tripa iba creciendo y el embarazo se iba haciendo más pesado, y casi al final empecé a pasarlo mal en el trabajo todo el día sentada, se me dormían las piernas y empezaba a tener problemas de circulación (y una hemorroide traicionera…), así que me dieron la baja en Marzo y fue lo mejor que hice, porque salía con mi madre a caminar mucho y eso hizo que se me pasara todo, volví a encontrarme genial. Así que pude preparar todo muy bien para la llegada de la pequeña.


 

El día pronosticado se acercaba y yo no sentía nada de nada, en las correas no tenía ni una contracción ni media y el cuello de mi útero lo tenía muy largo, vamos, que iba para largo. El día que salía de cuentas (14 de Abril de 2014) fuimos al ginecólogo y nos dijo que podría estar tres semanas más y no sabe si me pondría de parto sola, y que la nena estaba para salir, así que lo mejor era inducir el parto. Que ingresaba esa misma noche y en unas horas, si todo iba bien, tendríamos a nuestra pequeña en brazos, que alrededor de las 8 de la mañana del día siguiente lo provocarían. Cuando llega ese momento no te lo puedes creer. Yo siempre me había imaginado poniéndome de parto en plena noche, despertando a Óscar de un salto y corriendo para el hospital, pero no fue así, preparamos todo tranquilamente e ingresamos por la noche (menos mal que fuimos pronto porque había overbooking, me imagino que por la luna llena). 

La verdad es que pudimos descansar, nos dormimos y todo, y sobre las 6 de la mañana entró la matrona a ponerme monitores, etc, que por cierto, me hizo chichinas el brazo para ponerme la vía, y encima me la puso mal y tuvieron que ponérmela otra vez porque se me hinchó todo el brazo. Llamamos a mis padres y mis suegros por si acaso era rápido. Lo bueno fue que como había overbooking me pusieron todo en la habitación y pudimos estar toda la familia jejeje. 
Empezaba a tener contracciones, o eso me decía la matrona, pero yo no notaba nada de dolor, notaba que la tripa se contraía, pero dolor cero, hasta llegué a asustarme porque la matrona me decía estas ya son fuertes… y yo no notaba nada, ella me decía que mucho mejor, pero yo ya empezaba a temerme lo peor. Y efectivamente, después de 6 horas solo había dilatado 1 cm y algo y al tacto de la matrona la cabeza de Noa se iba para arriba, no estaba empujando. Teníamos que ir a cesárea. Eso sí que me dolió en el alma, porque yo quería compartir ese momento con mi marido, con el padre de mi hija, y quería que él lo viviera igual que yo, pero no pudo ser. Lo pasé fatal, pero menos mal que él me lo hizo más fácil tranquilizándome y diciéndome que no pasaba nada, aunque él estaba peor que yo por perdérselo.

El momento que más miedo pasé fue cuando me pusieron la Epidural, es un momento horrible. A partir de ahí todo pasó muy rápido. Entré en el paritorio empapada en lágrimas y las enfermeras, la matrona, el anestesista y Mateo (mi ginecólogo) se portaron fenomenal, me tranquilizaron y me hicieron reír. Yo estaba un poco grogui y no me enteré de nada, en un abrir y cerrar de ojos, a las 12:20 del mediodía escuché el sonido más bello del mundo, el llanto de nuestra HIJA. Dios!! Ya está aquí!!  Quiero verla!! Y entonces Mateo me dijo: “Mira que hija más guapa tienes...“ y me la enseñó colgada boca abajo como un conejo!. Yo no me esperaba verla boca abajo, así que miré hacia arriba y en ese momento solo le vi los pies, moraditos. Encima yo no paraba de llorar y veía borroso. Se la dio a la matrona y ella me la acercó a la cara para que la besara y la besé por primera vez. No olvidaré nunca ese momento ni ese sabor. Se la llevó para prepararla y pude verla por el lado derecho estirando el cuello como el inspector Gadget. Qué bonita era!!! Y que buena, estaba ahí envuelta en el arrullo, bajo la lámpara de calor, tranquilita, parecía un ángel. Mientras, me estaban cosiendo, pero yo ni me enteraba, para mí solo existía ella. Le pregunté a la enfermera si ya había avisado al papi y a los yayos y me dijo que sí, me quedé más tranquila porque pensaba que Óscar estaría asustado esperando.

Cuando la matrona y el neonatólogo terminaron de hacerle pruebas y limpiarla y todo eso me dijeron que todo estaba bien, que medía 50 cm y pesaba 3,450 kg y me la pusieron sobre el pecho un ratito hasta que terminaron de prepararme a mí. Por fin me sacaron de la sala y lo que recuerdo es la cara de Oscar, con los ojos como platos mirando a la pequeña que yo llevaba en brazos, estaba como yo, sin poder creérselo aún. No recuerdo mucho más porque aún estaba un poco grogui y mis cinco sentidos estaban puestos en mi niña; solamente que toda la familia estaba muy feliz.



Noa ya salió del paritorio abriendo la boca la tragona, así que enseguida me la puse al pecho. La tía se enganchó super bien, pero yo no tenía ni gota de leche, tenía que esperar a la subida y al ser inducido y cesárea tardaría varios días.

El papi lo hizo genial, cuidó de las dos muy bien y cambió pañales como un campeón, como si lo hubiera hecho toda la vida.
               
 


Todo fue sobre ruedas, la verdad es que Noa nos lo ha puesto todo muy fácil en todos los sentidos, no es llorona, es dormilona y tragona, igual tomaba teta que biberón.

Yo me recuperé muy bien de la cesárea, eso sí, al día siguiente del parto me levanté y me puse a andar aunque me parecía que me partía por la mitad del dolor, pero es lo mejor, ponerse a andar enseguida, aunque poco a poco porque es una cirugía mayor.

Podría estar escribiendo millones de cosas, pero no quiero hacerlo largo, solo comentar ya para terminar que volvería a pasar por esto una y mil veces, y que "No puedo ser más feliz".

Amo a mi familia.


2 comentarios:

  1. Madre mia que cumulo de emociones y sensaciones, me ha encantado el post, y como siempre casi lloro. Besitos, me encanta que hayas vuelto. MLuz.

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    1. Gracias carinyet!!
      A ver si me animo y sigo escribiendo cositas.
      Muas

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